jueves, 25 de septiembre de 2008

VUELTA


Ya he vuelto de vacaciones. Y a mi regreso, el trabajo se acumulaba sobre la mesa... tantas cosas que se dejan a medio hacer antes de marcharse. Tantas cosas por emprender una vez llegas. Tantas cosas que se han olvidado entre destino y destino. Tantas cosas que recuerdas una vez recolocas tus pertenencias...


Me fui para desconectar, para olvidar, para recordar a sonreir... y desconecté tanto que al volver a casa, ya no me acordaba de quién era yo. Ni siquiera recordaba las cosas que me hacían sentir triste. Ni siquiera recordaba lo que tenia que olvidar. De manera que pude reinventarme. Tal vez redescubrirme. Partes ocultas que seguían ahí. Alegrías que vivir, miedos que sentir.

Y así estoy yo. Post vacacional. Diferente. Contenta. Atreviéndome a ser feliz a pesar de las ausencias. Qué digo. Siendo feliz gracias a ellas. Nunca los silencios resultaron tan fructíferos. Del dolor nace algo hermoso, si se es lo suficientemente fuerte para soportarlo.

Fantaseo con la idea de que la vida es justa a su manera. A mi manera por una vez. Con esa idea de justicia absurda que insisto en proteger. Quizás podría bautizarla como justicia rosa, en esa especie de juego del que sólo yo soy cómplice. Yo, y los que saben leer más allá de las simples palabras. Porque la justicia es absurdamente subjetiva en este mundo caótico. Eso ya me ha quedado claro.

En este final de ciclo, tengo la sensación de haber pasado por un arduo y extenuante examen plutoniano (o acaso era saturniano?, ya no lo recuerdo) y me pregunto cuándo darán las notas. Y si he aprobado. Aunque tengo la sensación de que, efectivamente, lo he hecho. Porque cuando desciendes a los infiernos es cuando aprendes a conocerte realmente. Y sólo tienes dos opciones válidas. O te hundes del todo, o sacas fuerzas y empiezas la escalada. Yo he estado abajo. Y sin embargo ahora estoy arriba. Me enfrenté a los miedos y los hice míos. No significa que ya no los tenga, sino que ahora sé que están ahí. Los saqué de ese mar inconsciente, primigenio, y los expuse a la luz del sol.

Amarillo es consciencia. Consciencia es racionalidad. Racionalidad es triunfo. Soy una triunfadora. Soy una ameba celestial.

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